La Buena Gobernanza: Conciencia de Servicio

La Buena Gobernanza: Conciencia de Servicio

Un gobernante con conciencia de servicio está obligado a garantizar exitosos proyectos en pro del bienestar social, cuyos resultados tangibles, visibles y medibles busquen mejorar las prácticas de la administración pública, basadas en el compromiso moral que respalda la Constitución y las leyes orgánicas. Todo representante del Estado debe estar dispuesto a cumplir con eficacia, eficiencia y éxito un plan de trabajo personal que favorezca, con un alto sentido de compromiso y ética profesional, el bienestar del ciudadano. La administración de los bienes públicos exige el dominio de estrategias y criterios centrados en procesos firmes capaces de satisfacer a la comunidad, a través de la ejecución rápida de procedimientos sólidos, basados en altos estándares de calidad. Por otro lado, el modelo de gestión que dé cuenta de los desafíos planteados, le brinda al ciudadano y a las comunidades nacionales la figura de contralor que se concreta día a día gracias a la interacción directa que tienen con el Estado, sus leyes y sus prácticas. En la actualidad, el pueblo venezolano es cada vez más aguerrido e instruido, producto de la lectura e interpretación de las legislaciones y estatutos que lo ha provisto de una clara voz en resguardo del bien nacional y derecho común. Cuando un gobernante dirige las riendas de los bienes del Estado, debe consolidar los lazos de cooperación y confianza con el pueblo que lo apoyará en el éxito ineludible para la toma de decisiones al momento de solucionar los problemas comunes. El engaño puede acarrear altos costos sociales y afectivos que perjudiquen la gestión y conlleven de manera inevitable a la frustración del ciudadano, transfigurada luego en desconfianza. Un gobernante al servicio del pueblo ha de ser agente de cambio y gestor de desarrollo social, cuya acción constituya un proceso de continuo liderazgo y crecimiento en provecho del bienestar general, capaz de coadyuvar y establecer una nueva perspectiva en el desenvolvimiento de la administración pública venezolana. Si bien es cierto, en los anales de la historia de nuestra nación, el diseño organizacional de control y salvaguarda del patrimonio público tiene su partida de nacimiento en el órgano contralor; en consecuencia, la vigilancia, preservación, resguardo y protección del bienestar social, así como del patrimonio público lo ejercen los funcionarios de Estado junto al Poder Popular, en beneficio del bien común y la búsqueda de la mayor satisfacción social, en vista de que contraloras y contralores somos todos.

Dr. Manuel Enrique Galindo Ballesteros Contralor general de la República Bolivariana de Venezuela

Publicado en Correo del Orinoco el 14 de agosto de 2018