Discurso del orador de orden Licenciado Reygner Alvarado
Discurso del orador de orden Licenciado Reygner Alvarado con motivo del Quincuagésimo
Sexto aniversario de la Contraloría del estado Yaracuy
Primeramente quiero agradecer al
Todopoderoso por permitirnos hoy estar reunidos celebrando un aniversario más
de la Contraloría del estado Yaracuy. De igual manera agradezco la oportunidad
que se me brinda de compartir con todos los presentes algunas reflexiones en el
marco de esta importante celebración.
Nuestro país ha experimentado relevantes
cambios en materia de Control Fiscal destacando la creación del Sistema
Nacional de Control Fiscal. El impulso de la Contraloría Social constituye el
aliado más importante que tenemos en las contralorías estadales que como todos
sabemos tienen rango constitucional y autónomo lo cual les permite actuar con
mayor y mejor eficacia en el proceso de inspección, fiscalización y control de
la administración activa.
Resulta evidente que en nuestra labor diaria
el protagonismo y la participación ciudadana son factores claves para derrotar
la impunidad y prevenir eficazmente la
corrupción, sin embargo es indispensable que actuemos como servidores públicos
no sólo oportunamente, sino con ética y profesionalismo, demostrando que “El
control no es esperar para sancionar: Es lograr que el que está administrando
se sienta acompañado; es hacer una advertencia oportuna y cumplir con el lema
“Es mejor prevenir y educar que sancionar a futuro”.
Hoy la Contraloría del estado Yaracuy cumple
56 años y no puedo dejar de recordar aquel 16 de febrero de 1998 cuando me incorporé
a esta gran familia de la CEY, estaba lleno de entusiasmo, pero también de
miedos, por el reto que significaba ser revisor de Contraloría I, pero gracias
a Dios tuve grandes maestros, especialmente en el área de contabilidad y auditoria, pasar por las sabias manos de Edilma Rumbos, Hilaria Vies, Ventura
Montaño, Morelia Hernández, los ingenieros Hernan Rojas y Argenis Zambrano, así
como los desaparecidos Ingenieros William Toledo y Licenciada Milagros
Colmenárez de quienes aprendí además de los principios básicos, a querer a esta
institución en la cual he pasado tantos momentos de mi vida, algunos agradables
y otros no tanto.
Como órgano de control fiscal tenemos la difícil
misión de fomentar la participación ciudadana como instrumento de control
dándoles a los ciudadanos los instrumentos que les permitan participar de
manera directa y organizada, en tal sentido esta participación debe estar
basada en valores democráticos y humanísticos en la búsqueda de un estado de
derecho de justicia social donde se respete la vida, la libertad, la igualdad,
la solidaridad, la responsabilidad social, los derechos humanos, el pluralismo
y la dignidad.
Por consiguiente, la participación ciudadana
cuando se ejerce de manera responsable mediante el ejercicio de controlaría social jamás permitirá que se emita un juicio del que no se tenga prueba por
cuanto al estar sujeta a un estado de derecho carece de valores individuales
porque debe dar respuestas a un colectivo. Igualmente, debemos ejercer esta
participación ciudadana de manera crítica y autocrítica, donde el paradigma de
democracia representativa y no el de democracia participativa.
En este sentido cabe destacar que el
artículo 62 de muestra Carta Magna establece “todos los ciudadanos y cuidadanas
tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La
participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión
pública, es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su
completo desarrollo, tanto individual, como colectivo… y es obligación del
estado y deber de la sociedad, facilitar la generación de las condiciones más
favorables para su práctica”.
Es importante que la ciudadanía se incorpore
a la difícil misión de salvaguardar el patrimonio de su comunidad, para ello se
han creado las Oficinas de Atención al Ciudadano tal como está previsto en el
artículo 9 de la Ley Contra la Corrupción, de esta manera se mantiene informada
a la ciudadanía acerca de las políticas públicas y las personas tienen dónde
dirigirse para formular denuncias.
No es posible un estado moderno y
democrático, si este carece de órganos de control fiscal externos, pero también
deben prevalecer los principios que rigen el Sistema Nacional de Control
Fiscal, entre los cuales cabe destacar: apoliticismo partidista, la celeridad,
la economía en el ejercicio del control fiscal, la oportunidad en el control y
en la presentación de los resultados.
Hoy nuestro país nos exige que nuestro
modelo de control fiscal no se quede plasmado en el marco teórico, sino que por
el contrario debemos construir una contraloría que dé respuesta a las
necesidades e intereses del pueblo porque somos un instrumento técnico de los
ciudadanos cuando ejercen su derecho de fiscalizar la hacienda pública.
Hoy cuando nuestra Contraloría cumple un año
más al servicio del pueblo yaracuyano es propicia la ocasión para invitarlos a
que nos sigamos fortaleciendo como institución técnica apolítica, que sigamos
asumiendo el desafío de enfrentar diariamente los retos que nos surjan pero
siempre velando por la correcta y transparente administración del patrimonio
público de nuestro estado apoyándonos en el valioso capital humano con que
contamos, el cual está plenamente capacitado y comprometido, porque tienen un
esquema de valores éticos y morales, uniendo esfuerzo junto con nuestros pueblo
para construir un mejor país.
Quiero finalizar mi intervención con una
estrofa de uno de los poemas más emblemáticos de nuestra tierra de mitos y
leyendas, escrito por el poeta José Parra.
“Esta es mi tierra. Yaracuy la
nombran.
Yaracuy es río y es hazaña
Y el hombre de su selva
Y su montaña preso en las aguas
Que su plano alfombra”.
Mil gracias y que Dios los bendiga.
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